Tocando lo intocable.

Lucas 5:12  -16

 

Introducción.-

A lo largo de la historia siempre hemos tenido situaciones en las que se nos ha restringido el acceso o se nos ha prohibido el tocar algo.

 

Algunas de estas prohibiciones surgen como medidas de precaución ante un posible contagio, otras para evitar un peligro contra el objeto y otras para evitar algún daño en el sujeto.

 

Estamos viviendo una realidad social en este tiempo llamado “aislamiento social”, en la cual no se debe acercarse a una persona, tocar, abrazar, saludarse de la mano por temor y prevención al contagio del covid 19.

 

Pero esta norma no la puede cumplir un padre con sus hijos, un hijo hacia sus padres aun cuando estén infectados; tocan lo intocable porque va más allá de lo físico, hay una conexión emocional que la ciencia no puede entender y limitar.

 

LA REALIDAD DEL HOMBRE.

Sucedió que estando él en una de las ciudades, se presentó un hombre lleno de lepra,

El escritor no da detalles del nombre de la ciudad, no es lo importante sino lo que pasó en una de las ciudades.

Mateo nos dice que este evento tuvo lugar después de haber dado el sermón del monte.

Dios no clasifica a que ciudad, país, lugar, problema, situación para hacer un milagro.

 

El hombre que presenta delante de Jesús tenía una enfermedad incurable en aquellos días conocida como la lepra.

 

lepros (λεπρός, G3015) , adjetivo, usado primariamente de la psoriasis, caracterizada por una erupción de áreas rugosas y escamosas.

 

En el libro de Levítico 13 nos detalla normas con respecto a la lepra.

Nos dice que había dos tipos de lepras.-La focalizada y la expansiva.-

·         Cuando el hombre tuviere en la piel de su cuerpo hinchazón, o erupción, o mancha blanca, y hubiere en la piel de su cuerpo como llaga de lepra,

·         Y si reconociéndolo el sacerdote ve que la erupción se ha extendido en la piel, lo declarará inmundo: es lepra.

·         Y éste lo mirará, y si apareciere tumor blanco en la piel, el cual haya mudado el color del pelo, y se descubre asimismo la carne viva, es lepra crónica en la piel de su cuerpo; y le declarará inmundo el sacerdote, y no le encerrará, porque es inmundo.

·         Pero si la mancha blanca se estuviere en su lugar, y no se hubiere extendido, es la cicatriz del divieso (grano, y el sacerdote lo declarará limpio.

·         es lepra que salió en la quemadura; y el sacerdote lo declarará inmundo, por ser llaga de lepra.

·         Y al hombre o mujer que le saliere llaga en la cabeza, o en la barba, el sacerdote mirará la llaga; y si pareciere ser más profunda que la piel, y el pelo de ella fuere amarillento y delgado, entonces el sacerdote le declarará inmundo; es tiña, es lepra de la cabeza o de la barba.

·         Mas cuando en la calva o en la antecalva hubiere llaga blanca rojiza, lepra es que brota en su calva o en su antecalva.

 

Cuando la lepra surgía en un solo lugar podía guardar cuarentena por 7 días luego el sacerdote lo examinaría, si la llaga se mostraba cierta recuperación entonces tenía que guardar 7 días más de cuarentena y al final de un chequeo podía ser declarado limpio.

Pero si al finalizar la primera cuarentena notaban que la lepra se extendía en el cuerpo, lo declaraban inmundo y tenía que ser expulsado del campamento. El caso que nos detalla, Lucas era un hombre lleno de lepra; por lo cual era aplicada la ley expulsión.

Levítico 13:

·         El sacerdote debía examinar la piel y si comprobaba que era lepra tenía que declararlo inmundo.

·         Y el leproso en quien hubiere llaga llevará vestidos rasgados y su cabeza descubierta, y embozado pregonará: ¡Inmundo! ¡Inmundo!

El rasgar sus vestiduras servía para  manifestar gran pena, dolor o vergüenza. La Ley exigía que los leprosos llevaran una vestidura rasgada (Le 13:45), quizás porque los judíos asociaban la lepra con la muerte, De modo que el leproso estaba obligado a llevar ropa distintiva, como si estuviese de duelo por sí mismo, pues, en cierto modo, era un “muerto viviente”.

Cabeza descubierta: Los judíos se cubrían la cabeza en el momento de oración en la sinagoga y en la primera oración de la mañana; es decir que eprdia comunión con Dios.

Embozado.- cubierto su rostro.

Pregonará: gritara, inmundo.

 

·         Todo el tiempo que la llaga estuviere en él, será inmundo; estará impuro, y habitará solo; fuera del campamento será su morada.

Y por ser inmundo no podían participar en ninguna actividad social o religiosa pues eran inmundos y tenían que estar fuera del campamento.

 

El leproso no solo sufría las consecuencias físicas de su enfermedad sino también psicológicas y sociales, pues al ser excluido de la congregación debía estar fuera de la ciudad; perdía contacto social con su familia, amistades, etc.

 

La lepra se asocia con vergüenza y horror, y conlleva, de alguna manera misteriosa, un sentimiento de culpabilidad, aunque se haya contraído tan inocentemente como cualquier otra enfermedad contagiosa.

Al verse evitados y despreciados, es frecuente que los leprosos tengan la tentación de quitarse la vida, y algunos lo hagan.»

 

El leproso sabe que los demás le aborrecen antes de aborrecerse a sí mismo. Esta era la clase de hombre que vino a Jesús: era inmundo, y Jesús le tocó.

 

No se nos esconde la realidad de la vida de este leproso, si esperamos que algo suceda en nuestra vida debemos tener conocimiento de la realidad total de la misma; no existe un más o menos, es más o es menos.

No podemos ocultar, aparentar, o tratar de esconder e incluso mostrar cierta parte de nuestra vida ante Dios para alcanzar misericordia, perdón, sanidad, bendición, o lo que deseemos.

Este leproso aunque anónimo porque en cierta manera nos representa a todos, pues todos podemos estar pasando alguna situación  en la que seamos segregados del grupo por razones de salud, situación financiera, social, cultural, e incluso espiritual.

Porque no falta aquellos que pretenden ser justos, puros, rectos, que tratan de menospreciar y menoscabar a otros por su condición.

 

LA ACTITUD Y PETICIÓN DEL HOMBRE

Pero podemos aprender de este leproso, siempre tendremos la oportunidad para acercarnos aquel que puede ayudarnos;  a Jesucristo.

el cual, viendo a Jesús, se postró con el rostro en tierra y le rogó, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme.

Este hombre no vio a la gente que podía recriminarlo, rechazarlo, alejarse, Él vió a Jesús

Por ello el escritor de Hebreos nos anima diciendo:

Hebreos 12:2  puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe,…

 

Cuando miras en otra dirección, serás detenido, serás víctima de miradas acusadoras,  serás preso de tus temores.

 

Este hombre rompió el cerco epidemiológico, no respeto el distanciamiento social; y Jesús no tuvo problemas con ello, Jesús le importaba la salvación y sanidad de aquel hombre.

 

El verdadero valor de una persona no es externo, sino interno. Aunque una persona esté enferma o deformada, en su interior no es menos valiosa ante Dios, vale igual que cualquier sano y con puesto de privilegio en la sociedad. Porque una alma vale más que el mundo entero.

 

Señor, si quieres, puedes limpiarme.

Si es tu voluntad, si esta en tus planes o deseo de hacerlo, no te obligo hacer algo en mí, pero si quieres tampoco me niego aceptarlo.

Marcos 1:41  Y Jesús, teniendo misericordia de él,

Es Dios jamás desprecia a una personas por su condición el tiene misericordia.

LA RESPUESTA DE JESUS.-

La palabra misericordia significa compasión por el que sufre.

Y su misericordia lo llevó actuar.

Entonces, extendiendo él la mano, le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante la lepra se fue de él.

Nadie es tan repugnante como para que Él no lo toque.

Juan 6:37 y al que a mí viene, no le echo fuera.

 

Jesús tocó al intocable. Su mano fue al encuentro del hombre del que cualquier otro se habría alejado.

Esto nos muestra que a pesar de todo Cristo nos  tiende la mano  y esto es lo que Jesús hacía y hace.

Y esto también es la esencia del Evangelio el tocar lo intocable, perdonar lo imperdonable y amar lo in-amable.

Claro que quiero sanarte; claro que quiero ayudarte, claro que quiero perdonarte, claro que quiero bendecirte, claro que quiero acompañarte, claro que levantarte.

Jesús está aquí Jesús es la mano extendida de la que muchos te negaron.

 

Cuando se sienta rechazado por alguien, deténgase y piense qué siente Dios por esa persona y por usted.

Según las leyes del Antiguo Testamento (Levítico 13; 14), cuando un leproso se curaba debía presentarse ante un sacerdote para ser examinado. Luego el leproso debía dar una ofrenda de gratitud en el templo.

 Jesús se ajustó a estas leyes al enviar al hombre al sacerdote, demostrando el total respeto que tenía por la Ley de Dios.

 

Enviar el leproso sanado al sacerdote constituía una forma de verificar el gran milagro ante la comunidad.