Dad y se os dará

Lucas 6:38 

Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir.

Introducción.-

 Lo que no se da se pierdeMadre Teresa de Calcuta.

La ley de dar y recibir esta establecido en todas las áreas de nuestra vida e incluso en la naturaleza, ejemplos:

El ciclo del agua.

La lluvia desciende sobre la tierra y se forman los ríos, estos a su vez llevan el agua al mar en el mar por el calentamiento del sol se produce la evaporación, esto a su vez se condensa y forma las nubes y al estar cargas de agua produce la lluvia.

·         Isaías 55:10  Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come,(C)

El abono.-

Las hojas de las plantas al caer en tierra dan beneficio a la tierra y esta produce abono que a su vez será transmitido nuevamente a la planta.

 “La creación de Dios tuvo la orden de dar y todo lo que hoy disfrutamos es producto de un continuo dar.”

El dar engendra el recibir y el recibir engendra el dar.

Todo lo que se tiene ahora en la creación es producto del dar porque de otra manera Dios tendría que estar creando cada día.

El dar crea un ciclo continuo para tener, el día que usted y yo alteramos este principio también nuestra vida se verá afectada.

El día que la creación deje de dar se implantara un caos que no solo perjudicara a la tierra misma sino a todos los que vivimos en ella.

El día que usted deje de dar también dejara de recibir.

 

Palabra griega que indica dar.-

Gr. metadidomi , dar parte de, impartir.

Algo se ha hecho tan común en nuestros días es el egoísmo, la insensibilidad con la que miramos a los sucesos de nuestros semejantes.

Nuestra sociedad ha inculcado la sobrevalorización de las cosas a tal punto que se nos hace difícil desprendernos de ellas y por este motivo ya no nos duele el dolor ajeno, ni las circunstancias desastrosas que podemos mirar a nuestro alrededor peor aún una calamidad domestica de nuestro prójimo.

 

1Corintios 4:7  Porque ¿quién te distingue? ¿o qué tienes que no hayas recibido? Y si lo recibiste, ¿por qué te glorías como si no lo hubieras recibido?

En el pasaje que relata Marcos nos da una muestra clara de dos formas de mirar una situación.

Jesús lleno de compasión por la multitud. Los discípulos interesados más en su bienestar.

La palabra compartir es un verbo que denota una acción sin embargo muchos la han hecho de ella un simple fonema que adorna nuestra léxico castellano.

Quizá el milagro de los peces y los panes es uno de los milagros más relatados dentro del ámbito cristiano, pero de allí deseo compartir algunos principios.

 

El dar requiere sacrificio.

 

Mucha gente por estar escuchando el mensaje de Jesús no se dieron cuenta de la hora ni el lugar donde estaban, tanto era su deseo de escucharlo que salían lo más temprano de sus casas, otros desde el lugar donde estaban ya sea en el campo en la ciudad al ver u oír a Jesús en algún lugar lo seguían y no llevaban ninguna provisión alimenticia pues esto no era más importante en ese momento, lo mejor era escuchar al maestro de maestros compartir una palabra que de seguro les daría un giro a su vida.

Después de largas horas y de mucha predicación se pasó el día y la noche estaba llegando, la biblia dice que muchas veces se quedaban sin comer por esta predicando, porque la gente los rodeaba y esperaba un milagro, una palabra de Jesús, y ese día los discípulos ya no querían que eso se repitiera así que hicieron una sugerencia a Jesús

“Despídelos para que se vayan” que fría y sarcástica fue esa frase que salió de los labios de los amigos de Jesús, que sencillo pareció para ellos mandarlos a sus casas, pensaron ya oyeron al maestro váyanse a sus casas, pero me llena de alegría al leer el sentir de Jesús que dice: “Jesús tuvo compasión de la multitud”

Hay muchos que inundados por el egoísmo no quieren compartir, al igual que los discípulos esperan que la gente misma resuelva sus problemas.

Ante esta propuesta de los discípulos Jesús les dijo dadles vosotros de comer.

Pero ellos no entendieron más bien refutaron esa expresión con una pregunta sarcástica e irreverente ante el maestro ¿Qué vayamos y compremos pan por doscientos denarios y les demos de comer?

Examinemos los verbos encostrados en esta expresión que denotan la acción que se podría hacer a la cual los discípulos querían evitarla:

1.         Vayamos: ellos necesitan, no podemos ir por ellos, ir a la ciudad caminar 10 kilómetros para comprar, no será más fácil que ellos se vayan y mañana nos vemos.

2.         Compremos: gastemos nuestros recursos, lo poco que ganamos en nuestras barcas debemos gastarlo en comprar panes para una gente irresponsable que no se proveyó.

Denario era la moneda griega y es equivalente a un día de trabajo.

3.         Demos de comer: después de gastar semejante cantidad de dinero, regresar cargando las fundas de pan, tomarnos la molestia de ir de familia en familia para darles un pan.

Esta expresión demuestra las pocas ganas de servir, de incomodarse por dar a los demás.

Felipe saco un cálculo aproximado de cuanto necesitaría para darles de comer, el costo sería el trabajo de un año para darles de comer un poco, la verdad que esta situación no ha cambiado nos empoderamos de las cosas que a muchos se nos hace difícil de desprendernos pues sacamos el cálculo de cuanto nos consto o invertimos en aquel producto.

Nadie dijo que tiene que ser fácil, pero el compartir requiere sacrificio y cuando lo haces entonces te das cuenta que lo que tu tenías y te alegro también sirve para alegrar y satisfacer a otros.

 

El compartir no es de lo que sobra sino de lo que tengo.

Muchos se justifican en su falso espíritu colaborador diciendo: “si tuviera dinero lo haría” “si me sacara el pozo millonario colaboraría, ayudaría” “yo no doy porque yo también necesito”.

Estaba el muchacho. No podía ofrecer mucho; pero con aquello tuvo Jesús el material necesario para obrar un milagro. Habría habido un acontecimiento maravilloso menos en la humanidad si aquel chico se hubiera guardado sus panes y sus peces para sí, y nadie se lo habría podido reprochar.

Jesús necesita lo que le podamos ofrecer. Puede que no sea mucho, pero Él lo necesita.

Puede que el mundo se vea privado de milagro tras milagro y triunfo tras triunfo porque no le traemos a Jesús lo que tenemos y lo que somos. Si nos colocáramos en el altar de su servicio, no se puede decir lo que Él haría con nosotros y por medio de nosotros.

Puede que sintamos no tener más y nos dé vergüenza traer tan poco; pero eso no es razón para dejar de aportar lo que tenemos y somos: Poco es a menudo mucho en las manos de Cristo.

 

El compartir no mira a quien sino el que desee.

La verdad que muchos están mirando o seleccionando a quien compartir, pero la dicha y la bendición de compartir esta en dar a quien desee y no quien yo escoja o quiera.

Pero Jesús enseño que si le das a alguien es como que si le das a él.

Mateo 10:40-42

         El que a vosotros recibe a mi me recibe.

         Si le das a alguien sin importar su jerarquía espiritual tienes recompensa.

A veces esperamos servir a los grandes, a los de eminencia, a alguien de renombre, pero Jesús nos dio una gran lección si le das a un pequeñito del reino ya tienes su recompensa.

 

Ahora esta acción se nos va a tomar en cuenta en el día del juicio.

·         Mateo 25:34-46.- Venid benditos porque me atendieron en mi necesidad (hambre, sed, vestimenta, abrigo, reconocimiento) Cuando le diste a un pequeño a mi me lo diste. Apartaos de mi malditos porque no atendieron mi necesidad. Cuando no lo hicieron a su prójimo a mi me lo negaste.

 

Jesús cuando obtuvo los 5 panes y dos peces mando a la gente a recostarse sobre la hierba, es decir póngase lo más cómodo posible que alguien los va atender. Dio gracias y lo repartió entre sus discípulos para que lo pusiesen delante de la gente.

A los dos pescados los partió en seis pedazos cada uno y mando a dar la multitud (5000 varones sin contar las mujeres y niños).

La bendición fue tal que me lleva a analizar tres verbos finales que hizo la multitud juntamente con los discípulos.

·         Comieron: su necesidad fue cubierta.

·         Se saciaron: se llenaron, comieron hasta ya no querer más.

·         Recogieron.- lo que sobro fueron doce cestas uno por discípulo incrédulo y mezquino, los judíos sabían llevar una cesta ya sea llevando comida o para guardar en ella lo que recibían.

 

Santiago el hermano de Jesús aprendió la lección y dice en su epístola.

Santiago 2:14- 20. De nada sirve una fe sin obras.

Si vez a alguien en necesidad y no le ayudas de que sirve tu fe.

Los demonios también creen que Dios es uno pero no pueden hacer buenas obras.

La primera iglesia era una comunidad que sabia compartir con los necesitados y fue uno de los factores del crecimiento innumerable de la primera iglesia.

·         Hechos 2.42-47

Y perseveraban en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan

Todos estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno.

Y perseveraban partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón.

El apóstol pablo enseñaba a la iglesia de Roma.

·         Romanos 12:13,16 

Compartiendo para las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad.

Unánimes entre vosotros; no altivos, sino asociándoos con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión.

Aun cuando sea tu sacrificio o tu esfuerzo aun así debemos compartir lo mejor, no lo que sobra o lo que ya no quieres, debes compartir como si tú lo vas a consumir.

·         Efesios 4:28.- El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad.

Conclusión.

Tú haces la diferencia, compartes y beneficias a otros o te quedas con lo poco que tienes pero nadie los disfruta.

La biblia dice que mejor es dar que recibir.

·         Filipenses 4:15-17  Y sabéis también vosotros, oh filipenses, que al principio de la predicación del evangelio, cuando partí de Macedonia, ninguna iglesia participó conmigo en razón de dar y recibir, sino vosotros solos; pues aun a Tesalónica me enviasteis una y otra vez para mis necesidades.

No es que busque dádivas, sino que busco fruto que abunde en vuestra cuenta.

 

·         1Pedro 4:10  Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios.