LA FE DEL CENTURIÓN.

Lucas 7: 1-10

Introducción.-

“Después que hubo terminado todas sus palabras al pueblo que le oía, entró en Capernaum.”

 

CONTEXTO HISTÓRICO.

 

Después de dar el sermón del monte y realizar el milagro al leproso; entra a Capernaum.

Capernaum (gr. Kafarnaóum o Kapernaóum [transliteración del heb. Kefar Nâjûm, “aldea de Nahum”]).

Pueblo a orillas del Mar de Galilea. Tenía una aduana

  • Mateo 9:9  Pasando Jesús de allí, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y se levantó y le siguió.

Capernaum fue el hogar de Simón Pedro y Andrés.

Jesús realizó allí muchos milagros y predicó muchos sermones

  •   Juan 6:24.- Cuando vio, pues, la gente que Jesús no estaba allí, ni sus discípulos, entraron en las barcas y fueron a Capernaum, buscando a Jesús.

En realidad, se la conocía cómo “su ciudad”

  • Marcos 2:1-2 Entró Jesús otra vez en Capernaum después de algunos días; y se oyó que estaba en casa.  E inmediatamente se juntaron muchos, de manera que ya no cabían ni aun a la puerta; y les predicaba la palabra. 

Sin embargo, su ministerio no produjo una impresión grande sobre sus habitantes. Rehusaron arrepentirse, por lo que Jesús predijo la destrucción completa de la ciudad.

  • Mateo 11:23- Y tú, Capernaum, que eres levantada hasta el cielo, hasta el Hades serás abatida; porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que han sido hechos en ti, habría permanecido hasta el día de hoy.
  • Lucas 10: 15-16.- Y tú, Capernaum, que hasta los cielos eres levantada, hasta el Hades serás abatida. El que a vosotros oye, a mí me oye; y el que a vosotros desecha, a mí me desecha; y el que me desecha a mí, desecha al que me envió.

CONTEXTO SOCIAL.

Y el siervo de un centurión, a quien éste quería mucho, estaba enfermo y a punto de morir.

 

En aquella ciudad había una guarnición romana comandada por un centurión.

o   Un centurión “jefe de cien” era un oficial del ejército romano que contaba con mando táctico y administrativo. Los candidatos eran escogidos por sus cualidades de resistencia, templanza y capacidad de mando, además de contar con considerable influencia y responsabilidad. Se les consideraba la espina dorsal del ejército.

El mero hecho de que fuera un centurión indica que no era un cualquiera.

El centurión equivalía entonces al coronel de ahora;.

 

Todos los centuriones que aparecen en el Nuevo Testamento eran personas respetables.

 

  • Lucas_23:47.- Cuando el centurión vio lo que había acontecido, dio gloria a Dios, diciendo: Verdaderamente este hombre era justo.
  • Hechos 10:1-2 Había en Cesarea un hombre llamado Cornelio, centurión de la compañía llamada la Italiana, piadoso y temeroso de Dios con toda su casa, y que hacía muchas limosnas al pueblo, y oraba a Dios siempre.
  • Hechos 10:22 Ellos dijeron: Cornelio el centurión, varón justo y temeroso de Dios, y que tiene buen testimonio en toda la nación de los judíos, ha recibido instrucciones de un santo ángel, de hacerte venir a su casa para oír tus palabras.
  • Hechos 23:17; Pablo, llamando a uno de los centuriones, dijo: Lleva a este joven ante el tribuno, porque tiene cierto aviso que darle.
  • Hechos 23:23-24.- Y llamando a dos centuriones, mandó que preparasen para la hora tercera de la noche doscientos soldados, setenta jinetes y doscientos lanceros, para que fuesen hasta Cesarea; y que preparasen cabalgaduras en que poniendo a Pablo, le llevasen en salvo a Félix el gobernador.
  •  Hechos 24:23 Y mandó al centurión que se custodiase a Pablo, pero que se le concediese alguna libertad, y que no impidiese a ninguno de los suyos servirle o venir a él.
  • Hechos 27: 43 Pero el centurión, queriendo salvar a Pablo, les impidió este intento, y mandó que los que pudiesen nadar se echasen los primeros, y saliesen a tierra; y los demás, parte en tablas, parte en cosas de la nave. Y así aconteció que todos se salvaron saliendo a tierra.

Los soldados romanos tenían siervos; estos eran prisioneros de guerra tomados de  los pueblos conquistados para los servicios del militar.

 

La biblia nos dice que este centurión quería mucho a su siervo; algo contrario al común denominador social; pues los esclavos eran remplazados fácilmente, vendidos.

 

Este siervo o ayudante estaba enfermo de gravedad pues estaba a punto de morir.

 

o   Había algunas enfermedades comunes en los tiempos de Jesús como la lepra, Tuberculosis, Tracoma, Epilepsia, Cólera, ciegos, cojos, sordos, mudos, paralíticos, leprosos, epilépticos, hidrópicos, etc.

Y ante la falta de conocimiento médico o el poco desarrollo de recetas médicas la gente se moría.

Tenemos a un militar con su siervo enfermo a punto de morir.

CONTEXTO ESPIRITUAL.-

Cuando el centurión oyó hablar de Jesús, le envió unos ancianos de los judíos, rogándole que viniese y sanase a su siervo.

 

LA FE PRODUCTO DEL OÍR.- Saber de quien se escucha.-

 

Ante una necesidad o situación difícil  es importante saber de quien se escucha, el tema que escuchas; porque si escuchas de la persona equivocada pude llevarte al colapso, la muerte, la tragedia, al fracaso, etc.

  •          Hechos 10:17 Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.

Este centurión romano no escucho de los médicos, de cualquier otra práctica, el escucho de Jesús.

De ese Jesús que hace milagros.

  •         Lucas 6:17-19.- Y descendió con ellos, y se detuvo en un lugar llano, en compañía de sus discípulos y de una gran multitud de gente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón, que había venido para oírle, y para ser sanados de sus enfermedades; y los que habían sido atormentados de espíritus inmundos eran sanados. Y toda la gente procuraba tocarle, porque poder salía de él y sanaba a todos.

La información tiene que a ver llegado a este soldado del Jesús que sana, que hace milagros

 

Estoy contándote del Jesús que sana, que hace milagros, que puede resolver problemas, que puede ayudarte en casos difíciles, que puede perdonar pecados, que puede levantarte aun del camino de la muerte.

 

LA FE TE LLEVA ACTUAR.- Cuando oyó, actuó.

 

Cuando el centurión oyó hablar de Jesús, le envió unos ancianos de los judíos, rogándole que viniese y sanase a su siervo.

 

No solo se quedó con la información, sino que hizo valer la información, aprovechó la información que tenía.

Jesús no fue su última opción; fue la primera opción pues cuando escucho envió a decirle que sane a su siervo.

Podemos recibir mucha información de lo que Dios puede hacer, pero quedarnos sin actuar y no va acontecer ningún milagro o algo extraordinario.

 

Si escuchas la Palabra de Dios, actúa basado en la palabra. Si conoces la Palabra actúa por la Palabra.

Lo que hizo este centurión, fue enviar a unos ancianos de los judíos, “esto es, dirigentes de la comunidad judía” como si quisiera tener mayor oportunidad de recibir el milagro sin embargo Jesús no fue por los ancianos él fue por la solicitud del centurión.

 

Dios no se acerca a nosotros por la intercesión de otros, él lo hace por la petición nuestra.

 

  •      Salmos 34:4-6  Busqué a Jehová, y él me oyó,  Y me libró de todos mis temores.  Los que miraron a él fueron alumbrados,  Y sus rostros no fueron avergonzados. Este pobre clamó, y le oyó Jehová,  Y lo libró de todas sus angustias.
  •          Jeremías 33:3  Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.

Cuando actúas basado en fe Dios hace la obra.

  •          Hebreos 11: 6 Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.

Y ellos vinieron a Jesús y le rogaron con solicitud, diciéndole: Es digno de que le concedas esto; porque ama a nuestra nación, y nos edificó una sinagoga.

 

Los ancianos rogaron a Jesús y le comentaron que el centurión era digno de recibir lo pedido; es merecedor, es estimable que le concedas, este centurión es diferente, este ama a nuestra nación y nos ha edificado una sinagoga.

o   Las sinagogas eran el centro de oración e instrucción religiosa judía para aquellos que por su lejanía de Jerusalén no podían acudir al Templo. En los días de Jesús de Nazaret las sinagogas se encontraban muy extendidas tanto en Palestina como fuera, en la diáspora.

 

LA FE RECONOCE LA AUTORIDAD DE JESUS.

 

Y Jesús fue con ellos. Pero cuando ya no estaban lejos de la casa, el centurión envió a él unos amigos, diciéndole: Señor, no te molestes, pues no soy digno de que entres bajo mi techo; por lo que ni aun me tuve por digno de venir a ti; pero dí la palabra, y mi siervo será sano.

 

Este centurión sabía muy bien que a un judío estricto le prohibía su ley entrar en la casa de un gentil de la misma manera que le estaba prohibido dejar entrar a un gentil en su casa o tener ningún trato con él.

Por eso no fue directamente a Jesús, sino que les pidió ese favor a sus amigos judíos.

Este hombre tan acostumbrado a mandar era sorprendentemente humilde en presencia de la verdadera grandeza.

 

El mensaje verbal que envió á nuestro Señor cuando este estaba cerca  de su casa: "No soy digno de que entres debajo de mi techo; por lo cual ni aun me tuve por digno de venir a ti."

 

Tales expresiones forman un contraste con el lenguaje que usaron, los ancianos de los judíos. "Digno es," dijeron, "de concederle esto."

 

Debemos notar además la fe del centurión. "Di tan solo palabra, y mi criado será sano." 

El cree recargado que nuestro Señor vaya al lugar en que su criado yace moribundo.

 

Considera al Señor ejerciendo sobre las enfermedades una autoridad tan  completa como la que él tenía sobre sus soldados, ó como la del aperador Romano sobre él.

 

Confía en que una palabra de Jesús, basta para desprender la  enfermedad; expresa su convicción de que Jesús es Señor y Rey Todopoderoso, y de que las enfermedades, cual  siervos obedientes á órdenes, desaparecerán rápidamente.

 

Porque también yo soy hombre puesto bajo autoridad, y tengo soldados bajo mis órdenes; y digo a éste: Vé, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace.

 

Como un capitán del ejército, cada día delegaba tareas y enviaba grupos en misión, de ahí que escogió esta manera de enviar su mensaje a Jesús.

 

Si su autoridad producía resultados, ¡cuánto más los produciría la de Jesús!

Tenía la perfecta confianza del que mira hacia arriba y dice: «Señor, yo sé que puedes hacerlo.» Si tuviéramos una fe así, nos sucederían milagros y la vida sería nueva.

 

El centurión no fue a Jesús ni tampoco esperaba que Jesús fuera a él.

Así como no necesitaba estar presente para que sus órdenes se llevaran a cabo, tampoco Jesús necesitó estar presente para sanarlo.

 

Como alguien que había recibido autoridad de su superior para obligar a sus soldados a obedecer, reconocía en Jesús una autoridad superior, la de Dios, para superar la enfermedad, y estaba preparado para confiar en que Jesús podía sanar con una simple voz de mando.

 

Al oír esto, Jesús se maravilló de él, y volviéndose, dijo a la gente que le seguía: Os digo que ni aun en Israel he hallado tanta fe.

 Jesús elogió su fe y comentó que un gentil había superado a los judíos en mostrarla.

 

Y al regresar a casa los que habían sido enviados, hallaron sano al siervo que había estado enfermo.

Aun sin ver al paciente, que estaba moribundo,  tocarlo con la mano, ni mirarlo, nuestro Señor le restituye la salud por medio de una sola palabra. Habla, y el enfermo es curado. Manda, y la enfermedad  desaparece.

 

  •    Mateo 28:18  Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.
  •    Hebreos 13:8  Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.