Mateo 8:1-3

Introducción.-

Cuando nos encontramos en algunas situaciones de desventaja por lo general asumimos que Dios no quiere o que no voy a llenar las expectativas de Dios para que el conteste aquello que necesito.

Analizar:

·         Mateo 8:1  Cuando descendió Jesús del monte, le seguía mucha gente.

 

El momento preciso en el que sucedió este evento fue después de que Jesús haya concluido su sermón del monte, donde se dio las reglas claras del reino, quizás  fue unos de los sermones más largos que el expreso y sin duda tenia necesidades que satisfacer como cualquier ser humano.

 

Quizás como predicador de eventos, puedo de cierto modo describir ciertos elementos que deseamos hacer.

En algunos casos, ir a descansar, a comer, tomar una bebida refrescante, etc. Sin embargo; somos detenidos para las respectivas fotos, y demás eventos de cortesía, pero podemos primar nuestras necesidades o los actos protocolares en las que debemos cumplir.

 

En algunas veces podemos parecer inaccesibles, sin embargo Jesús manejo de manera diferente.

El descendió del monte y le seguía mucha gente. Quizás si hubieran tenido la tecnología que hoy poseemos sin duda sería un momento de selfies y fotos.

Mateo nos deja claro por qué le seguían después de su mensaje:

·         Mateo 7:28-29  Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.

Dentro de este grupo de seguidores, aparece un hombre que socialmente no era aceptable.

·         Mateo 8:2  Y he aquí vino un leproso y se postró ante él, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme.

 

Dentro de la multitud que describe:

·         Mateo 5:1  Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos.

Estaba un hombre leproso; quizás había muchos enfermos pero este enfermo era especial porque la lepra debía ser tratada de manera especial.

 

·         Levítico 13:3.- Y el sacerdote mirará la llaga en la piel del cuerpo; si el pelo en la llaga se ha vuelto blanco, y pareciere la llaga más profunda que la piel de la carne, llaga de lepra es; y el sacerdote le reconocerá, y le declarará (nombrado, llamado, declarado) inmundo. (contamina, impuro)

·         Levítico 13:45 -46.- Y el leproso en quien hubiere llaga llevará vestidos rasgados (duelo, muerte, anunciaba su muerte) y su cabeza descubierta, (el tener cubierto función de sacerdote, reconocer la existencia del creador) y embozado (cubrir desde abajo hasta la nariz o los ojos) pregonará: ¡Inmundo! ¡Inmundo! Todo el tiempo que la llaga estuviere en él, será inmundo; estará impuro, y habitará solo; (no tenían contacto con la familia) fuera del campamento será su morada.

·         Números 5:1-4   Jehová habló a Moisés, diciendo: Manda a los hijos de Israel que echen del campamento a todo leproso, y a todos los que padecen flujo de semen, y a todo contaminado con muerto. Así a hombres como a mujeres echaréis (sin distinción alguna de género, no había piedad); fuera del campamento los echaréis (sin contacto con la sociedad sana) , para que no contaminen el campamento de aquellos entre los cuales yo habito. Y lo hicieron así los hijos de Israel, y los echaron fuera del campamento; como Jehová dijo a Moisés, así lo hicieron los hijos de Israel.

 

Todas estas descripciones estaban en la ley de Moisés y el pueblo las cumplía al pie de la letra porque era la orden de Dios.

 

En primera instancia él estaba cumpliendo la orden de estar fuera de la ciudad; pero Jesús estuvo cerca de los desahuciados, los expulsados, ese mensaje en aquel monte fue intencional.

 

Dios ya tenía un milagro para aquel hombre; la condición de aquel hombre estaba calculada, Dios lo sanaría.

 

Hay muchas situaciones en nuestras vidas desagradables, socialmente despreciables, en las que nos podemos tener un título condenatorio de un superior, sentir aislados socialmente, quizás nuestra condición demuestra duelo, anunciamos nuestro fracaso, pareciera que hayamos perdido comunión con Dios, nos cubrimos, no queremos alzar nuestra cabeza por la vergüenza o porque no tenemos explicación para nuestra situación y lo único que podemos hacer es confesar nuestra realidad, soy leproso, soy pecador, soy fracasado, soy un enfermo y tantos títulos como estos que puede describir de manera perfecta nuestra condición.

 

EL QUIERE PERO DEBES ACERCARTE.-

 

·         Mateo 8:2  Y he aquí vino un leproso y se postró ante él, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme.

 

Aquel hombre que no tenía derechos sociales, espirituales, llego donde Jesús.

Este leproso no se quedó como los otros leprosos y aunque no se nos dice el nombre porque no era importante y por ende nos representa, se acercó a Jesús.

Algunos leprosos se alejaban, rehuían a tener contacto con las demás personas.

Otros como nosotros pudieron pensar si el quiere sanarme, si el quiere salvarme, si el quiere darme, si el quiere me ha de buscar, acá me ha de traer.

Algunos no se mueven mínimamente porque que esperan que Dios que conoce mi necesidad se acerque.

El necesitado eres tu por lo tanto debes acercarte.

Quizás imitamos el ejemplo de muchos leprosos que no fueron sanados porque más pudo su vergüenza.

Algunos no se acercan porque la culpabilidad los embarga.

Otros por la gravedad de sus problemas, o por lo imposible de su solución.

Otros rehúsan acercarse a Jesús porque se sienten indignos, porque creen que Dios no los quiere ayudar.

Si quieres que las cosas cambien tienes que acercarte a Jesús.

·         Juan 6:37  Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera.

 

Necesitas acercarte venciendo el que dirán, venciendo los títulos sociales y religiosos, venciendo tus temores, debe poder más el querer ser sano que lo que puedan decir los demás.

Debes acercarte a Jesús sin importar lo que digan tus amigos, tu familia, etc.

EL QUIERE PERO DEBES POSTRARTE.-

·         Mateo 8:2  Y he aquí vino un leproso y se postró ante él, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme.

 

Este leproso se postro; esta actitud demostraba humildad, rendición. Postrarse o arrodillarse llegó a representar una posición de humildad ante alguien de mayor importancia.

 

Algunos erróneamente persisten arrogantes esperando que Dios cambie, o haga algo en su situación pero no quieren reconocerlo.

 

·         1Pedro 5:6-7  Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.

·         Salmos 51:17  Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado;  Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.

Con todo esto el leproso reconociendo su condición pidió a Jesús.

·         Mateo 8:2  Y he aquí vino un leproso y se postró ante él, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme.

Si quieres, apelando a tu deseo, tu voluntad, tu disposición de hacer las cosas.

Jesús dijo:

·         Mateo 8:3  Jesús extendió la mano y le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante su lepra desapareció.

 

Jesús ante esta petición: contesto de la manera más sublime: Quiero, se limpió.

Pero Jesús acompaño a estas palabras un acto que nadie en la historia lo había hecho hasta el momento, que quizás nadie lo había hecho con él.

Extendió su mano y le toco: ese acto de bondad, de compasión traspaso el corazón, las costumbres, los parámetros sociales.

 

La multitud podía observar pero Jesús tenía una ministración especial para aquel hombre.

 

Jesús hará por nosotros lo que nadie se atreve hacer, lo que nadie lo hace y lo nunca nadie lo hará.

Jesús romperá todos los esquemas humanos, los paradigmas sociales, culturales, religiosos para acercarse a ti y salvarte.

Jesús no se contagia con lo que pasas el cambia de manera que te restaura.

Jesús no se enferma, no se contamina, no se inmuta, no se asombra por la gravedad él puede darte una oportunidad.

 

El hombre tiene temor acercarse, tiene recelo, pero Jesús no tiene problemas para ayudarte. El si quiere.

 

·         Salmos 37:4  Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón.

·         Juan 15:7  Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.

·         Juan 16:24  Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido.

·         1Juan 5:14-15  Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.

 

El si quiere…